Medidas para garantizar la calidad del agua en las viviendas
Hoy por hoy podemos afirmar que el agua del grifo tiene todas las garantías de calidad.
Las estaciones potabilizadoras que gestiona Promedio y todas, en general, someten el agua al tratamiento adecuado para que se pueda beber sin riesgos para la salud y con la confianza de haber pasado numerosos controles.
Desde el Consorcio llevamos el agua hasta las acometidas de las casas. A partir de ahí, las instalaciones interiores en las viviendas dependen ya de sus propietarios, que deben cuidar las condiciones de los depósitos y conducciones por las que pasa hasta llegar al grifo.
Una de las ventajas que tiene el agua del grifo es que se renueva continuamente, con lo que se elimina la posibilidad de acumular los elementos no deseados que se encuentran en el agua estancada. Por eso, cuando hemos estado mucho tiempo si utilizar un grifo es conveniente dejar correr el agua un poco antes de beber porque así expulsamos aquello que haya podido adherirse a la tubería mientras ha permanecido en desuso. ¡No pierdas esa agua! Se puede aprovechar para la limpieza o en el cuarto de baño.
Si las conducciones de la vivienda están bien, en pocos segundos el agua que saldrá de ese grifo estará en perfectas condiciones para ser consumida.
Pero puede ocurrir que, en casos puntuales, aun dejándola correr, no sepa bien.
Entonces, hay que tomar medidas.
Una vez nos hayamos asegurado que no ha habido incidencias en el servicio de abastecimiento de nuestra localidad (averías puntuales en la red pública, etc.), debemos considerar que puede haber algún problema dentro de la vivienda.
Es por ello que habrá que hacer una revisión del estado de las tuberías de la casa, porque en numerosas ocasiones es la verdadera causa de que el agua que sale del grifo no se pueda beber.
Las tuberías antiguas de plomo, hierro o galvanizado, las que son pequeñas, con un diámetro reducido, deben ser renovadas, porque “pueden obstruirse y oxidarse, perjudicando la calidad del caudal”, según explica la responsable de abastecimiento de agua potable de Promedio, María José Martín.
Si las conducciones son modernas, no debe haber más problema, tan sólo mantener limpios los puntos de salida (la boca del grifo) y tomar medidas de precaución como “evitar limpiarlos con la misma bayeta que se ha utilizado para azulejos, encimera o los muebles de la cocina”.
En los edificios en los que hay depósitos también es muy importante su limpieza, porque aunque el agua que les llega esté en perfectas condiciones, siempre se pueden acumular restos de suciedad en el fondo.
Hay otras razones por las que el agua puede saber de forma extraña, pero no tiene por qué haber dejado de ser potable. Depende de muchos factores que explicaremos en otra entrada en este blog.
De todas formas, está comprobado que el agua del grifo que llega directamente a nuestras casas es saludable, de toda confianza y más barata que la embotellada. Su consumo, además, evita la producción de plástico de un solo uso que perjudica gravemente al medio ambiente por la utilización de recursos naturales y la contaminación de espacios naturales y masas de agua. Y, algo importante también, nos evita tener que ir a comprarla y cargar con las botellas desde la tienda o el supermercado.
Merece la pena mantener las instalaciones en buenas condiciones para poder beber el agua del grifo con toda la tranquilidad y disfrutar de sus ventajas.