Nuestra prueba del algodón: el servicio de lavado de contenedores
Esforzarse por mantener la limpieza de aquello que se ensucia a diario puede resultar paradójico o antojarse como una labor infructuosa. Un contenedor recibe cada día kilos de residuos de todo tipo que manchan, pringan, huelen mal y tienen toda una serie de efectos desagradables. Pero lo cierto es que en el sector de la recogida de residuos hay que trabajar con especial pulcritud y atención al detalle. Cada labor y cada gesto suma para que al final los vecinos a los que ofrecemos cobertura puedan hacer la prueba del algodón y quedar satisfechos con nuestro trabajo. Por ese motivo, en Promedio contamos con un servicio de lavado de contenedores de residuos.
Esforzarse por mantener la limpieza de aquello que se ensucia a diario puede resultar paradójico o antojarse como una labor infructuosa. Un contenedor recibe cada día kilos de residuos de todo tipo que manchan, pringan, huelen mal y tienen toda una serie de efectos desagradables. Pero lo cierto es que en el sector de la recogida de residuos hay que trabajar con especial pulcritud y atención al detalle. Cada labor y cada gesto suma para que al final los vecinos a los que ofrecemos cobertura puedan hacer la prueba del algodón y quedar satisfechos con nuestro trabajo. Por ese motivo, en Promedio contamos con un servicio de lavado de contenedores de residuos.
El personal encargado de llevar a cabo esta labor forma un tándem perfectamente coordinado con los operarios que están al frente de la recogida de residuos. Ambos equipos trabajan al mismo compás durante las rutas marcadas en los diferentes municipios. El camión de recogida va por delante, vaciando en primer lugar los contenedores llenos de residuos. Detrás de él, con un espacio de una o dos islas de contenedores de diferencia, marcha el camión del servicio de lavado para aplicarlo a aquellos contenedores que ya no tienen basura en su interior.
La limpieza se realiza mediante un vehículo de carga trasera que introduce el contenedor en un habitáculo cerrado. Dentro hay instalado un sistema de propulsión de agua dotado de varios cabezales con difusores que impulsan agua a presión hacia el interior y el exterior del contenedor. Una vez terminado el proceso, que dura unos 40 segundos, la compuerta del habitáculo se abre, se extrae el contenedor y el operario vuelve a colocarlo en su sitio.Además de agua, para llevar a cabo esta tarea se recurre a productos desengrasantes y perfumantes ecológicos que son respetuosos con el medio ambiente.
Este servicio, que a priori podría pasar desapercibido con respecto a otros más evidentes, se vuelve especialmente necesario durante los meses de verano, cuando las altas temperaturas favorecen la descomposición de los desechos orgánicos y eso se traduce en un incremento de los malos olores. Por este motivo, durante julio y agosto se amplia la frecuencia habitual de un lavado al mes a uno cada quince días.
En total, cada año se lavan más de 180.000 contenedores de residuos sólidos urbanos, una cantidad nada desdeñable.
En el siguiente video podrás ver al detalle su funcionamiento explicado por nuestros compañeros, Manuela e Ignacio.