Cápsulas de café: la moda de consumir productos caros y poco sostenibles
Lunes. Madrugar para ir a trabajar. Coger la cafetera estilo italiana. Añadir agua y café. Calentar. Dejar que la casa se inunde con olor a café recién hecho. Una rutina que la gran mayoría de nosotros ha realizado durante años para poder meterse ese “chute” de cafeína en el cuerpo. Sin embargo, a finales del siglo XX, Eric Favre inventó las cápsulas de café en la compañía Nesspreso. Estas pequeñas cápsulas, que contienen una porción individual, cada vez están más de moda. Quizás por su comodidad o por el efecto de las campañas publicitarias, con el divertido ‘What Else’ de George Cloonie o la sensualidad y lluvia dorada de las cápsulas LoR.
Pero por mucha comodidad o variedad que te puedan aportar las cápsulas, éstas no son sostenibles. Se trata de un problema de reciclaje al componerse de plástico, algo de aluminio y resto de orgánico; además, de la caja de cartón y/o plástico que las contiene. Por tanto, es difícil de reciclar porque no todas las plantas de reciclaje están preparadas para procesar este tipo de productos.
Además, es curioso (¡y muy alarmante!) que para hacer un consumo de 6 gramos de café sea necesario un envase que, él solo, pesa 3 gramos. Por lo tanto, un 30% de los que compramos es residuo. Es un porcentaje muy elevado.
España es el tercer país que más cápsulas consume, de hecho, en el 2016 se vendieron 9.300 toneladas de café en cápsulas, solo en supermercados. Cada año se tiran a la basura 20.000 millones de cápsulas y sigue en aumento. Dicen los amantes de las estadísticas que, si se colocan una al lado de la otra, estos pequeños envases podrían dar la vuelta al mundo 14 veces.
Pero cada vez son más las ciudades que se dan cuenta del mal que hace este invento al medio ambiente. Hamburgo prohibió la consumición de las cápsulas en edificios gubernamentales. Y Las Islas Baleares impondrá una medida que se recoge en el anteproyecto de residuos que se pretende llevar a acabo a principios de 2020, donde se prohibirán la venta de las cápsulas de café. Excepto si aquellos comercios donde se venden tienen un plan de reciclaje.
¿Hay solución?
La respuesta es afirmativa y podemos optar por dos opciones. La primera es desechar las cápsulas de café en los puntos de recogidas que las grandes marcas tienen en diferentes puntos de la península. En Extremaduras contamos con uno de estos puntos de recogida en la tienda Media Markt del Centro Comercial El Faro en Badajoz. El aluminio se puede utilizar para bicicletas, latas de refresco o nuevas cápsulas. Y el resto de café para hacer compost -sistema ecológico para producir abono-.
La segunda opción es consumir cápsulas de café biodegradables. Es menos dañino para el medio ambiente en su descomposición, producen menos residuos y requiere menos energía en su fabricación. Y además, se podrán desechar en el contenedor de material orgánico. Enlace a cápsulas bioegradables y de comercio justo.
Al margen de ello, te animamos a que sigas utilizando la cafetera italiana o americana de toda la vida. Es la que genera menos residuos, la más rápida si dejas el café hecho el día anterior y, por supuesto, la más económica. Si quieres una comparativa exhaustiva del coste por taza según tipos de cafetera, puedes verlo en este estudio de Xataca.